Nuestra labor parte de la defensa y el empoderamiento de todas las personas sordas y sus familias respetando su identidad, su lengua y su cultura; del fortalecimiento de su red de asociativa; de la defensa y protección del uso de las lenguas de signos como un derecho fundamental. Se considera una entidad democrática que se conduce con los valores de respeto, tolerancia, autonomía, libertad de elección, aceptación de la diversidad e igualdad de oportunidades para todos y todas.