Cada año centenares de niños y adolescentes afectados por el cáncer participan en estas acciones que se orientan a reforzar su autoestima, sus relaciones sociales y a proporcionarles diversión y nuevas experiencias. Los hermanos de los niños afectados también participan en la mayoría de las acciones. De igual modo, se organizan actividades de respiro familiar para las madres y padres de menores afectados e incluso actividades para toda la unidad familiar en conjunto